El Foro Económico Mundial de Davos 2025 ha culminado, y esta edición no solo trajo consigo la acostumbrada confluencia de líderes políticos, empresariales y sociales, sino también un renovado enfoque en los temas de impacto social y la economía del propósito. Este año, la nieve de los Alpes suizos no solo fue testigo de debates sobre finanzas globales y tecnología, sino de conversaciones profundas sobre cómo construir un mundo más justo, sostenible y humano.

Un cambio de paradigma

El concepto de «economía del propósito» resonó con fuerza en Davos 2025, destacando la necesidad de reimaginar el capitalismo para que sirva tanto a las personas como al planeta. Este año, las conferencias abordaron un espectro de temas que van desde la regeneración ambiental hasta la inclusión social. La narrativa dominante dejó claro que las empresas no solo deben perseguir beneficios económicos, sino también medir y maximizar su impacto positivo en la sociedad.

Líderes como Kristalina Georgieva, directora del FMI, y reconocidos emprendedores sociales enfatizaron que la sostenibilidad ya no es opcional, sino una exigencia estratégica. Se destacó cómo el cambio climático, la desigualdad y la crisis energética son desafíos interconectados que requieren un abordaje colaborativo entre sectores y fronteras.

Algunas conferencias destacadas incluyeron:

  • «Empresas con Propósito: Reimaginando el Capitalismo»(*), donde Paul Polman, coautor de «Net Positive», discutió cómo las empresas pueden generar valor compartido y alinear sus modelos de negocio con objetivos de sostenibilidad.
  • «Regeneración Ambiental y Nuevas Economías»(*), liderada por Christiana Figueres, arquitecta del Acuerdo de París, quien exploró la urgencia de acelerar las estrategias de carbono cero y las soluciones basadas en la naturaleza.
  • «La Revolución de las Inversiones de Impacto»(*), un panel que incluyó a líderes de BlackRock y Acumen, destacando ejemplos de cómo el capital puede abordar problemas como la pobreza y la desigualdad.

Innovación con propósito

Uno de los puntos más optimistas de Davos 2025 fue el despliegue de innovaciones tecnológicas diseñadas con un propósito social. Las startups y grandes corporaciones presentaron soluciones impactantes, desde plataformas basadas en inteligencia artificial para mejorar el acceso a la educación, hasta tecnologías de energía renovable accesibles y escalables para comunidades marginadas.

El impacto social dejó de ser un «complemento» en la estrategia empresarial para convertirse en el motor de innovación. Muchas empresas presentaron métricas claras para medir su contribución al bienestar global, con el compromiso de ser transparentes y responsables.

Financiación para el bien común

La financiación fue otro eje central. Las conferencias destacaron un auge en las inversiones de impacto, un sector que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Fondos de capital y grandes instituciones financieras anunciaron iniciativas que priorizan proyectos con retornos medibles tanto financieros como sociales. El consenso fue claro: invertir en soluciones sostenibles es una oportunidad de negocio, además de una obligación ética.

El llamado a la colaboración

Un mensaje clave de Davos 2025 fue la importancia de la colaboración. Los paneles subrayaron que ninguna empresa, organización o gobierno puede resolver los desafíos globales por sí solo. Se hizo un llamado a asociaciones público-privadas, alianzas intersectoriales y redes comunitarias para escalar soluciones efectivas.

Además, hubo un énfasis significativo en la participación activa de los jóvenes. Representantes de la «Generación Z» y «Alpha» se destacaron como voces críticas y proactivas en los debates, aportando perspectivas frescas e insistiendo en la urgencia de actuar de inmediato.

Aunque los desafíos son enormes, Davos 2025 demostró que existe un compromiso global creciente hacia la acción colectiva. En un mundo donde las crisis parecen multiplicarse, el optimismo se fundamenta en la convicción de que, con liderazgo, innovación y propósito, es posible transformar la incertidumbre en oportunidades.

En resumen, Davos 2025 fue una plataforma donde el impacto social y la economía del propósito no solo fueron discutidos, sino priorizados. El mensaje final fue claro: el futuro depende de cómo integramos los valores humanos en nuestras decisiones económicas y empresariales. Desde Davos, los líderes salieron con un desafío compartido, pero también con esperanza renovada de que un mundo mejor es posible y alcanzable.

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