Por Montserrat López.

Durante años, el voluntariado corporativo se ha visto como una parte más de la RSC, un simple gesto hacia la comunidad. Hoy, los datos confirman que es una de las inversiones más inteligentes que puede hacer una empresa. No se trata solo de hacer el bien; se trata de crecer haciendo el bien.

La evidencia: propósito que impulsa resultados

Estudios de la Harvard Business School, a través de su cátedra Harvard Shine y el proyecto “The how and why of corporate social impact”, demuestran lo que muchos líderes ya intuían: las empresas que integran el propósito y el impacto social en su ADN no solo contribuyen a un mundo mejor, sino que obtienen un rendimiento empresarial significativamente superior.

Pero ¿cómo se traduce esto en resultados tangibles?

1. Mayor motivación y sentido de pertenencia

Los empleados que participan en programas de voluntariado desarrollan un mayor orgullo y conexión con su empresa. Se sienten parte de algo más grande que el balance de resultados. Este vínculo emocional genera una cultura más sólida y comprometida.

2. Menor rotación y más productividad

El propósito compartido es un antídoto contra la fuga de talento. Cuando las personas entienden el “porqué” de su trabajo, se implican más, permanecen más tiempo en la empresa y mejoran su rendimiento.

3. Fuente de innovación interna

El contacto con realidades sociales diversas estimula la creatividad, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. Estas competencias se trasladan directamente al negocio, impulsando la innovación y la agilidad organizativa.

4. Reputación y marca con propósito

Una empresa comprometida proyecta una imagen auténtica y atractiva para clientes, inversores, proveedores y talento. No se trata de comunicación, sino de coherencia: hacer y contar desde el propósito.

En definitiva, el voluntariado corporativo deja de ser un gasto para convertirse en un motor de rentabilidad y crecimiento sostenible.

Tres ejemplos que demuestran el impacto del voluntariado corporativo

En España, varias empresas ya están integrando el voluntariado en su estrategia como una palanca real de transformación.

1. Yoigo & Unlimited: conectando la España rural

La iniciativa ¡Vivan los Pueblos! celebra su tercera edición impulsando la digitalización y la conectividad en zonas rurales. Este programa acelera la transformación de pequeños negocios y emprendedores, evitando que nadie se quede atrás en la transición digital.

2. Donte Group: democratizando la salud bucodental

Los profesionales de Donte Group activan el propósito de la empresa participando en acciones que democratizan el acceso a la salud bucodental. A través de una tarifa social integrada en su cadena de valor, contribuyen a que una salud de calidad sea accesible para todos.

3. Laboratorios Ferrer: acompañando en el momento crítico

Junto a la Fundación Exit, 25 voluntarios de Ferrer ejercen como mentores de jóvenes en riesgo de abandono escolar. Durante el año más crítico de su formación, les ayudan a continuar sus estudios y definir su futuro profesional. Un ejemplo de cómo el capital humano de una empresa puede transformar vidas.

Cuando el propósito se convierte en estrategia

Como Directora de Desarrollo de Negocio y Alianzas, no puedo evitar ver estas iniciativas desde un doble enfoque: el del impacto social y el de la estrategia empresarial.

Estos programas no son altruismo. Son una palanca clara de crecimiento que activa y hace tangible el propósito de la empresa. Alinean a los equipos, fortalecen la cultura corporativa y construyen una marca sólida y creíble.

En un mundo donde consumidores y talento eligen con valores, integrar el crecimiento empresarial con el impacto positivo ya no es una opción, es la fórmula para el éxito sostenible.

La pregunta ya no es si podemos permitirnos invertir en ello, sino:
¿realmente podemos permitirnos no hacerlo?

¿Estás listo para activar el propósito y descubrir el potencial transformador del voluntariado corporativo en tu empresa?