La esclavitud moderna sigue siendo una realidad persistente en pleno siglo XXI, afectando a millones de personas en todo el mundo. Según el Índice Global de Esclavitud 2023, aproximadamente 50 millones de personas viven actualmente en condiciones de esclavitud moderna, lo que supone un aumento del 25 % respecto a hace cinco años. De ellas, 27,6 millones están sometidas a trabajo forzoso y 22 millones a matrimonios forzados. Esta última forma de esclavitud afecta principalmente a mujeres y niñas, muchas de ellas menores de edad.

Datos alarmantes

El trabajo forzoso ocurre en sectores clave como la agricultura, la construcción, la minería, el trabajo doméstico y la industria textil. Un 63 % del trabajo forzoso se concentra en la economía privada. Además, una de cada cuatro víctimas de esclavitud moderna es menor de edad.

Esta explotación genera ganancias ilícitas que superan los 245.000 millones de dólares anuales, siendo la explotación sexual la actividad más lucrativa dentro de este sistema de abuso global.

El papel fundamental de los sindicatos

Ante este panorama desolador, los sindicatos son actores clave en la lucha contra la esclavitud moderna y la protección de los derechos laborales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que empoderar a los sindicatos es esencial para erradicar la explotación, ya que permiten a los trabajadores organizarse, defender sus derechos y exigir condiciones laborales dignas.

Sin embargo, en muchos países, los derechos sindicales son vulnerados sistemáticamente. El Índice Global de Derechos 2025 de la Confederación Sindical Internacional (CSI) alerta de que en el 93 % de los países se violan derechos fundamentales, incluyendo el derecho a huelga, la negociación colectiva y la libertad de sindicalización.

Empresas con alma y propósito: agentes de cambio indispensables

No obstante, la responsabilidad de erradicar la esclavitud moderna no recae únicamente en sindicatos o gobiernos. Las empresas con propósito, aquellas que integran un compromiso ético y social real en su modelo de negocio, tienen un papel transformador.

Estas empresas actúan conscientemente para eliminar toda forma de explotación en sus cadenas de valor, implementando políticas laborales justas y promoviendo condiciones dignas. No se limitan al cumplimiento legal: se convierten en agentes activos de cambio que fomentan la sostenibilidad, la transparencia y el respeto por los derechos humanos.

Cuando una empresa adopta un propósito auténtico, no solo mejora la vida de sus empleados. También inspira a otros actores del mercado a actuar con responsabilidad, generando así un impacto positivo en toda la sociedad.

El caso concreto de SUDD Cobas en Italia

Un ejemplo inspirador es el sindicato italiano SUDD Cobas (Sindacato Unione Democrazia Dignità), fundado en 2018 en Prato, Toscana. Este sindicato ha trabajado para combatir la precariedad y la explotación laboral en la industria textil, un sector marcado por condiciones laborales extremas, especialmente entre trabajadores migrantes.

A través de movilizaciones y campañas como “8×5”, SUDD Cobas ha conseguido avances significativos, como contratos a jornada completa e indefinida para numerosos trabajadores. Su enfoque radical y comprometido ha sido crucial para visibilizar y frenar la explotación en un sector clave para la economía italiana.

La esclavitud moderna constituye una violación grave de los derechos humanos que requiere atención urgente y acción coordinada. Fortalecer los sindicatos, apoyar a organizaciones como SUDD Cobas y fomentar la aparición de empresas con propósito real son pasos fundamentales para proteger a los trabajadores vulnerables y avanzar hacia un mundo laboral más justo y digno.

Como empresarios, activistas o ciudadanos conscientes, debemos actuar juntos para erradicar la esclavitud en todas sus formas y promover una economía que respete la dignidad humana y los derechos fundamentales.