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En un mundo cada vez más consciente de la desigualdad social y el deterioro medioambiental, está proliferando en las empresas, la medición del impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), dado que los inversores y empresarios están adoptando estrategias más responsables sobre sus inversiones. El Plan ESG es una herramienta integral diseñada para incorporar estos principios en la toma de decisiones empresariales, es decir el integrar en la estrategia de la compañía el impacto social y medioambiental. Dicho de otra manera, la empresa ha de maximizar la rentabilidad de sus 2 principales accionistas, los económicos y el planeta, teniendo una dobla contabilidad, una social/medioambiental y otra económica. En definitiva, tener un propósito con el que ganar dinero, no ganar dinero a costa de los demás y de degradar el planeta. 

Estoy cansado de ver planes ESG de más de 500 páginas, donde las compañía confunden y mezclan términos que “nada” tienen que ver con el ESG, como son la filantropía y hacer lo correcto. En un plan ESG solo debería recogerse aquellas iniciativas estratégicas que generan doble impacto o valor compartido, para los accionistas y para el planeta. 

Componentes de un Plan ESG:

  • Propósito: que aportación de valor vamos a generar contribuyendo a una mejora de la sociedad y el planeta.
    • Regeneración ambiental :

 – Gestión de recursos naturales: incluye medidas para minimizar el consumo de recursos naturales como agua y energía, así como estrategias para la gestión de residuos y emisiones. (economía circular) 

 – Cambio climático: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación al cambio climático y la promoción de prácticas regenerativas.

  • Justicia social:
    • Relaciones laborales: engloba políticas relacionadas con la igualdad de oportunidades, la seguridad laboral, los salarios justos y la diversidad e inclusión en el lugar de trabajo.  
    • Impacto en la comunidad: evalúa cómo la empresa contribuye al bienestar de las comunidades locales donde opera a través de iniciativas sociales, educativas y de desarrollo. (especialmente de colectivos vulnerables)
  • Impacto social y económico:
    •   Ética empresarial: se refiere a las prácticas empresariales éticas y transparentes, la integridad en la toma de decisiones y la lucha contra la corrupción, y el nepotismo.  
    • Medición y control: examina la composición y efectividad de la junta directiva, la remuneración de los ejecutivos y la divulgación de información financiera y no financiera. Así como la medición de los proyectos de impacto social y medioambiental y su impacto en valor económico para el negocio. 

 

Implementación del Plan ESG: 

La implementación exitosa de un Plan ESG requiere un compromiso firme desde la alta dirección, así como la participación de todas las partes interesadas, incluidos empleados, inversores, clientes y comunidades. Algunas empresas optan por certificaciones ESG reconocidas internacionalmente para validar su compromiso y progreso en esta área, pero lo más importante es el crear una cultura, donde se prioricen las decisiones en beneficio de la comunidad y el planeta, por el encima del rendimiento económico a corto plazo. Hay que apostar por un valor a largo plazo, pensando en las futuras generaciones. 

El director de ESG ha de ser el CEO de la compañía, no tiene sentido tener un responsable de ESG sin poder, sin presupuesto y sin conocimiento del negocio. El impacto social y medioambiental de una empresa, es lo más importante para la creación de valor así como para garantizar un negocio rentable y sostenible en el tiempo. Estoy cansado de ver a Directores de Comunicación o Directores Financieros liderando esa áreas, solo para garantizar políticas a todas luces más cercanas del “greenwashing” que a un propósito genuino y auténtico…. 

 

Beneficios del Plan ESG: 

  1. Resiliencia empresarial: las empresas con un enfoque ESG sólido están mejor posicionadas para enfrentar los desafíos y riesgos emergentes, como el cambio climático y las crisis sociales.
  2. Mejora de la reputación: adoptar prácticas sostenibles y éticas puede fortalecer la imagen de marca de una empresa y generar confianza entre sus partes interesadas, claves para la captación y retención de talento.
  3. Acceso al capital: los inversores institucionales y fondos de inversión están cada vez más interesados en empresas con altos estándares ESG, lo que puede facilitar el acceso a capital y reducir el costo de financiamiento.
  4. Valor futuro: en un mundo que esta transformando su modelo económico hacía una economía del propósito, solo sobrevivirán aquellas empresas que aporten valor real a las personas y al planeta, como motor de generación de valor (Las 3 Ps: profit+people+planet)

 

En resumen, un Plan ESG es un enfoque holístico para la gestión empresarial que reconoce la importancia de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en la creación de valor a largo plazo. Al adoptar y ejecutar un Plan ESG, las empresas pueden no solo mitigar riesgos, sino también aprovechar oportunidades para innovar y liderar en un mundo en constante evolución hacia la economía del propósito.